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La Santidad humana:
MISTERIO DE SANTIDAD SIN RESOLVER
Un padre busca la canonización para el cuerpo sin vida de su hija, sin respuesta alguna.
Por varios años, el tolimense Margarito Duarte llega a Roma en busca de la canonización del cuerpo de su hija, muerta a los 7 años y desenterrada a los 11 años de muerta en situación intacta, con las flores con las que la enterraron, provocando así, el misterio de su santidad.
Esta historia de un gran drama, ha tenido comienzo pero no final, ni conclusión, puesto que por más de 40 años aproximadamente, Margarito no ha conseguido su objetivo por diferentes circunstancias, casi todas ajenas a su voluntad. Viajo a Roma con la intensión de llegar al Vaticano para hablar con el papa de esa época: Pio XII, pero este padecía una enfermedad que no se lo permitió y continuamente los papas siguientes tampoco le dedicaron el interés y la atención que merecía para el padre.
Margarito, un poco reacio con el tema, solo lo compartía a quienes podían ayudarlo a encontrar respuestas favorables. Caminaba siempre con el cajón donde guardaba el cuerpo de su hija, que a pesar de los años no perdía su vigor. Sin embargo, un día la situación amerito que todo el grupo de personas con las que convivía se enteraran de su búsqueda y fracaso, que tomaran posibles decisiones y que le ayudaran a cumplir con la santidad buscada, pero en sí, no cambio nada, porque el problema resulto como una fantasiosa historia, en la que nadie creía.
No obstante, Margarito siguió creyendo en que una institución religiosa como lo es el Vaticano podía responder una pregunta que nacía desde el corazón, aunque con referentes físicos, pero que su importancia calaba según su veracidad, y en este caso era algo común y repetitivo para cierta población romana a la que recurrió con algunos de sus compañeros de residencia.
“la Santa” continúa esperando el proceso de canalización, mientras tanto ni se descompone, ni se altera su fisiología, pero si ha logrado que un humano con vida pacientemente rebusque su santidad y lo permanezca haciendo hasta su muerte, pero sin respuesta alguna. Margarito Duarte espera que su misterio sea resuelto, convirtiéndose el, en un ejemplo de amor y paciencia, entregando su vida a cambio.
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